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martes, 25 de enero de 2022

El expediente Monaguillo y la madurez de Emilio Alberto Restrepo como escritor de novela negra (LATERALES MAGAZINE)

 

Literatura


El expediente Monaguillo y la madurez de Emilio Alberto Restrepo como escritor de novela negra

30 / 12 / 2021










Un repaso por la obra del escritor Emilio Alberto Restrepo, quien con su saga del detective Joaquín Tornado ha escrito un capítulo único en la literatura colombiana.




En El expediente Monaguillo, Emilio Alberto Restrepo alcanza el magisterio como escritor de novela negra y consolida la saga del investigador Joaquín Tornado, sobre todo respecto      a su naturaleza de personaje singular en el mundo de la ficción de entretenimiento, cuyo valor agregado es la revelación de esa materia oscura de las perversiones que también constituyen nuestra condición humana.



Joaquín Tornado nació como una derivación de su autor en el ejercicio de aprendizaje del taller de creación literaria y se ha ido configurando paso a paso, hasta convertirse en el personaje que hace posible el goce de la liberación en la lectura. No podríamos decir que se trata de un álter ego, porque lo suyo es el juego de la recreación de las tramas que se urden en el lado oscuro de las almas; pero sí es claro que en su constitución participa de innumerables imágenes arquetípicas que se manifiestan con mayor o menor intensidad en nuestra psique: el pícaro que hace lo que sea necesario para conseguir la supervivencia, el vengador justiciero que redime a los débiles frente a los aprovechados, el ingenioso que rompe las normas para poder restablecerlas o, dicho de otro modo, el pillo que desde la sombra reconforta la luz, el hombre avisado que conoce los caminos del mal y que como el homeópata se sirve de su propia esencia como medicina. 

La saga de Joaquín Tornado la constituyen más de ocho títulos, algunos de ellos todavía inéditos: 

1. Joaquín Tornado, detective. Contiene dos nouvellesMúsica de buitres, donde Tornado, por petición del fiscal Agustín Restrepo, su mentor natural, obra como negociador en un secuestro de un ganadero prestante. Sobraría decir que los vejámenes que sufre en el campamento guerrillero son suficientes para degradarlo hasta la humillación. Tornado y el Obregón trata el enigma del robo de un cuadro de Alejandro Obregón y la posterior venta de una serie de réplicas de este. Un relato que describe un Tornado maduro, más consolidado, que muestra el equipo de trabajo y los particulares métodos de su oficina de investigaciones.


Portada de Joaquín Tornado, detective, de Emilio Alberto Restrepo y publicado por Editorial UPB


2. Nos vemos en el infierno mon amour, aventura que, tras la muerte de la abogada a la que investigaba por supuesta infidelidad, lo lleva a desentrañar los bajos negocios relacionados con el mundo de los seguros.


Portada de Nos vemos en el infierno, mon amour, de Emilio Alberto Restrepo y publicado por Editorial UPB.

3. El abrazo de la viuda negra, una hermosa historia de fútbol, envidia y venganza, en la que el lector se ve sorprendido en más de una ocasión a causa de los giros de tuerca que ocurren cuando menos se los espera.


Portada El abrazo de la viuda negra. Un caso de Joaquín Tornado, detective, de Emilio Alberto Restrepo, publicado por Editorial UPB

4. Un asunto miccional y otros casos de Joaquín Tornado, volumen que reúne una serie de pequeñas historias: 

—“Un asunto miccional”, donde se funden en un solo personaje las figuras del vengador justiciero y el asesino en serie. 
—“Un encuentro”, ¿quién es más rápido, la bala o la palabra?
—“Tornado y los donceles”, la muerte en relación con los apetitos del sexo. 
—“Una cierta clase de amor”, ¿se puede matar por piedad? 
—“Aparición”, si era un fantasma, ¿por qué los agujeros?
—“Tornado y el Obregón”, el mundo de la falsificación de las obras de arte, enmarcado por los negocios fraudulentos de los políticos.


Portada de Un asunto miccional y otros casos de Joaquín Tornado, detective, de Emilio Alberto Restrepo, publicado por Fondo Editorial ITM.

5. Tornado triple equis, todavía inédito, acaso debido a la naturaleza de sus contenidos. 

6. Tornado y los apostadores, también inédito, donde aparece el cadáver de una mujer en el carro del hermano de Tornado y, al realizar la pesquisa, este se topa con los asuntos que se anuncian en el título. 

7. El primo y el timo, divertida historia en la que el estafador se aprovecha de la confianza de su familiar más querido en apariencia



Portada de El primo y el timo. Un caso de Joaquín Tornado, detective, de Emilio Alberto Restrepo, publicado por Editorial UPB.

8. El expediente Monaguillo, como es obvio, por tratarse de una novela de investigación, no se pueden revelar los detalles de la historia y, mucho menos, las peripecias del detective para lograr sus objetivos. Lo que sí podemos decir es que el ingenio de Emilio Alberto Restrepo le permite reunir tres motivos distantes entre sí: el ya superado comercio de los abortos clandestinos, los fraudes universitarios en los exámenes de admisión para posgrados en la Facultad de Medicina y las demandas judiciales. 

Con una pericia especial para entrecruzar las historias, consigue crear una estructura de pillaje en la que un motivo implica el otro, y este se cruza con el tercero, como en el juego de los tres anillos del prestidigitador en el que cada uno de los aros, al mismo tiempo que es independiente, se halla incrustado en los demás.

Por la cantidad de títulos que componen la saga de Joaquín Tornado cabe afirmar que este constituye un hecho sin precedentes en la literatura colombiana. Emilio Alberto Restrepo es un escritor digno de tenerse en cuenta tanto como la colección “Policías y bandidos” de la editorial de la Universidad Pontificia Bolivariana.

Así mismo, no podemos creer que este tipo de historias son de mero entretenimiento, en su concepción se ponen en juego aspectos muy importantes de nuestra psique, incluso en nuestro rol de lectores: si nos preguntáramos por qué nos divierte tanto una historia sórdida de mezquindades, pasiones y perversiones, tal vez encontraríamos la maravillosa respuesta de que ante la imposibilidad de deshacernos o de negar nuestra más impura condición, la ficción literaria tiene el poder de sublimar esa materia oscura hasta convertirla en el bálsamo de la redención. En el juego de desentrañar las peripecias de una trama delictiva o criminal encarnada en los caracteres de la novela y en la alegría de comprobar cómo los culpables alcanzan el castigo merecido, por un instante, vivimos la sensación de que es posible restablecer el equilibrio y algo muy profundo descansa en nuestro interior.

Publicado en: https://laterales.com/literatura/el-expediente-monaguillo-y-la-madurez-de-emilio-alberto-restrepo-como-escritor-de-novela-negra/








domingo, 24 de octubre de 2021

"Joaquín Tornado, un cínico que investiga el crimen en Medellín"

 


Sunday, October 24, 2021

"Joaquín Tornado, un cínico que investiga el crimen en Medellín"

 

Joaquín Tornado, un cínico que investiga el crimen en Medellín

En la novela policiaca anglosajona, el crimen se resuelve. En la latinoamericana, el asesino no paga. ¿Cómo opera Tornado, el detective creado por Emilio Restrepo?

Por: Hernando Villa Garzón octubre 19, 2021
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2Orillas.
Foto: Pixabay
Joaquín Tornado, un cínico que investiga el crimen en Medellín

En Medellín se viene organizando desde 2010 el Congreso Internacional de Novela Negra para investigar la situación del crimen en la sociedad contemporánea y en nuestro país. Su director es el profesor Gustavo Forero Quintero y la sede es la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia. Este proyecto de Medellín Negro nació de la investigación del profesor Forero sobre la anomia en la novela de crímenes en nuestro contexto. En nuestro medio el crimen ha sido más fuerte que el Estado y que la sociedad.

 

Una síntesis de la teoría del profesor Gustavo Forero sería: En Colombia tenemos normas, Constitución, códigos, leyes y la gente sabe que existen, pero no se les hace el menor caso. La norma no se aplica. En la novela policiaca anglosajona, el crimen se resuelve: se descubre al asesino, lo meten a la cárcel y la justicia triunfa sobre los malos. En la novela latinoamericana también se resuelve el crimen, la diferencia está en que el asesino no paga sus culpas. No hay cárcel, no hay castigo, la justicia no funciona. Podría ser esto un reflejo de lo que pasa en nuestras sociedades.

 

Esa contundencia del crimen en nuestro medio llevó a que se dudara de la posibilidad de que acá pudiera surgir una novela policiaca o una saga de detectives como han existido en otros contextos. Muchas ciudades del mundo se hicieron célebres por el nombre de sus detectives reales o ficticios. Londres contó con la presencia de Sherlock Holmes y Hércules Poirot; París albergó a Augusto Dupin y al Comisario Maigret; Barcelona fue la sede principal de Pepe Carvallo, inventado por Manuel Vásquez Montalbán; La Habana es la ciudad donde Mario Conde investiga los crímenes que le narra Leonardo Padura y Río de Janeiro fue la sede de ese polémico policía Mandrake, creado por Rubem Fonseca. No podemos olvidar tampoco los policías de nuestra infancia, Mannix y el teniente Columbo, que como Philip Marlowe operaban en los Ángeles, Kojac en Nueva York o el teniente Mike Stone y el agente Steve Keller en las calles de San Francisco.

 

Pero contra las apuestas y los pronósticos de los teóricos de la literatura y la sociedad, Medellín tiene ya una saga de investigadores policiales. La editorial de la Universidad Pontificia Bolivariana viene publicando desde 2012 la serie Policías y bandidos que han inspirado la creación de estos particulares personajes. Verónica Villa creó a la detective Marina Grisales; John Saldarriaga se inventó al fiscal Oscar Rosado; José Guillermo “memo” Ánjel le dio vida a Rambert, que no opera en Medellín sino en Barcelona; Aurelio es el detective de Luis Fernando Macías y Emilio Restrepo creó al detective Joaquín Tornado.

 

Emilio Restrepo Baena es médico, especializado en Ginecoobstetricia, cultiva diversos géneros literarios como el cuento, la poesía, el ensayo, y pertenece a ese grupo de profesionales de la salud que se han interesado en Antioquia por el arte y la literatura. Manuel Uribe Ángel, geógrafo e historiador; Jorge Franco, que creará un personaje emblemático con Hildebrando ha dejado de beber; Héctor Abad Gómez, columnista y escritor de textos sobre salud pública; Mario Melguizo, novelista, biógrafo, historiador, y Gilberto Martínez, uno de nuestros más célebres dramaturgos.

El personaje creado por Restrepo es un hombre solitario, aficionado al bajo mundo, nacido y crecido en un barrio popular, en medio de maleantes y de la aguda astucia de las males artes, cínico, sarcástico, al borde del infarto, siempre saliendo de un guayabo eterno, con alcances de dinero, obsesionado con las chicas prepago voluptuosas que le ofrecen sus servicio; cuando los turistas extranjeros dejan el cupo libre, en esta ciudad que conoce al dedillo y donde todo puede pasar.

 

Ciudad de estafadores, falsificadores de moneda, de ropa de marca, la ciudad que más gasta en perfumes, falsificadores de lotería, documentos, capital de la piratería de libros, películas, discos, programas de computador, drogas legales e ilegales, contrabandistas, brujos ligadores de amantes y maridos remilgados, monumentos a la virgen de los sicarios, sicarios, jíbaros, lavaperros, narcos, oficinas , oficinas de cobro, casinos, burdeles, proxenetas, tratantes de blancas, tramitadores de todo, embaucadores, corruptos, ladrones de cuello blanco, clérigos enfriadores de dineros calientes, practicantes de abortos clandestinos, traidores, mendigos, paracos, extorsionistas, saltimbanquis, mecenas, misántropos, filántropos, capital mundial de la silicona, futuro valle del software, la ciudad más innovadora del mundo, meca del cine de autor, tumba de Rosario Tijeras, cuyo autor dijera “que esta ciudad es como esas matronas de antaño, llena de hijos, rezandera, piadosa y posesiva, pero también es madre seductora, puta, exuberante y fulgurosa. El que se va vuelve, el que reniega se retracta, el que la insulta se disculpa y el que la agradece las paga. Algo muy extraño nos sucede con ella porque a pesar del miedo que nos mete, de las ganas de largarnos que todos alguna vez hemos tenido, a pesar de haberla matado muchas veces, Medellín siempre termina ganando”.

La apuesta de Emilio Restrepo es dar cuenta de otra Medellín, diversa, compleja, misteriosa, desconocida, azarosa, y así lo ha mostrado en las siete novelas policiacas publicadas hasta ahora, donde el personaje es Joaquín Tornado: El asunto miccional y otros casos de Joaquín Tornado; Nos vemos en el infierno, mon amour; El abrazo de la viuda Negra; Después de Isabel, el infierno; ¿Alguien ha visto el entierro de un chino? Joaquín Tornado, detective; y el más reciente El expediente Monaguillo. Con el conocimiento que le permite su práctica médica, Restrepo nos describe de manera descarnada, precisa, detallada, las circunstancias de los crímenes, el abuso, las trampas, los recursos de los victimarios, pero también con conocimiento y sensibilidad se adentra en el alma, las coartadas, las razones y sentimientos humanos para convertirse en delincuentes, transgresores o vengadores.

Ciertamente, Joaquín Tornado no tiene el abolengo de Dupin, Holmes o Guillermo de Baskerville, pertenecientes a ilustres familias, poseedores de una excepcional capacidad de raciocinio, competencias lógicas y filosóficas; Tornado no es como Holmes, el inventor de una nueva forma de pensamiento, la abducción; no es como Brown que quiere la conversión del asesino, o como Poirot y Maigret que comprenden la psicología del delincuente y buscan su curación. El método de Tornado es la supervivencia, su filosofía proviene de la alcantarilla, es detective no por su talento excepcional sino porque no hay más. Mientras tanto. Joaquín Tornado no tiene el garbo de un Carvalho ni su capacidad enológica, tampoco un círculo social protector que lo alimenta y aconseja como a Mario Conde; se acerca a la suciedad de Mandrake en el conocimiento de la calle, pero este es un profesional, un abogado, un gourmet.

 

Muy lejos está Tornado de un Philiph Marlowe que protagonizara el divo Humphrey Bogart. Tornado es un chirrete, casi no lo pulen un día que lo querían volver un agente encubierto. Tornado es un moscorrofio, su mayor virtud es el anonimato, pasar desapercibido. Tornado por principio trabaja solo, pero ha ido incorporando dos colaboradores, la Gorda Caro, que presume de su belleza y talento y Capetillo, el costeñífero, hacker y soplón. No obstante, Tornado conoce a medio Medellín, de todos los mundos y de todos los estratos. Se lo puede encontrar cerca a ese inhóspito lugar del poder público en Medellín que es el centro administrativo La Alpujarra, a veces en compañía de su viejo amigo el fiscal Agustín Restrepo, hombre de malas pulgas que parece a toda hora con ataque de hemorroides salpicadas de jalapeño en supositorios de crema de tabasco. Sin embargo, es su confidente y su polo a tierra.

Ya son muchos los que confían en la capacidad investigativa de Joaquín Tornado, esperemos que de nuevo la literatura le pueda dar un ejemplo a la realidad y que al menos en esta podamos aspirar a que los delincuentes, corruptos y criminales puedan tener una parte de su merecido. O al menos que las víctimas puedan lograr algo de justicia, así esta no se obtenga por la intervención de los estrados judiciales sino por la astucia detectivesca del olfato de cloaca que acompaña a Joaquín Tornado.

Tomado de: https://www.las2orillas.co/joaquin-tornado-un-cinico-que-investiga-el-crimen-en-medellin/


jueves, 16 de enero de 2020

Reseña de EL ABRAZO DE LA VIUDA NEGRA (Un caso de JOAQUÍN TORNADO)





Literatura

El abrazo de la viuda negra: una grata revelación de fútbol, género negro y literatura

Por: 
15 / 01 / 2020
El abrazo de la viuda negra, la nueva novela de Emilio Alberto Restrepo no sólo explora las posibilidades del género policíaco, sino también la relación fútbol y literatura. Una novela que se sale de todo convencionalismo en nuestra literatura local.
La relación entre el fútbol y la literatura en América Latina ha sido fuerte y productiva desde la primera mitad del siglo XX. Sería trillado, entonces, citar tanto a los autores que desprecian dicho deporte como a los que lo veneran (baste citar a Borges, entre los primeros, y a Galeano, Villoro y Fontanarrosa, entre los segundos).
En la literatura colombiana la producción, aunque no es muy abundante, tiene dignos representantes como Juan Estaban Constain y su obra Calcio; Ricardo Silva Romero y su novela AutogolJairo Aníbal Niño con su libro infantil Fútbol, goles y girasoles y la columna del profesor de la UPB Juan Carlos Rodas en el periódico El Espectador, que es constante en estos temas. A propósito, el mismo Rodas tiene publicados varios libros al respecto en la editorial de la UPB, en donde hay una colección (Fútbol y Letras) que recoge los ganadores de un concurso temático llamado ¿Cuál es tu cuento con el fútbol?; en dicha colección también hay libros de Reinaldo Spitaletta, David Corrales y otros autores.
De la misma editorial hay otro conjunto de libros policiacos que también llaman la atención. Con el nombre de Policías y Bandidos, esta colección recoge las aventuras de varios detectives locales. La serie es muy bella y muy bien editada, va por su número 12, y entre sus autores hay historiadores como Memo Anjel, guionistas como Verónica Villa, periodistas como John Saldarriaga y médicos-escritores como Emilio Alberto Restrepo.
Este último tiene un personaje muy entretenido y rico en matices y aventuras, Joaquín Tornado, un pajarraco que husmea  y escarba en las alcantarillas  y cloacas del bajo mundo de Medellín. Precisamente en una de sus historias, El abrazo de la viuda negra, se encuentra una nueva referencia de la relación fútbol y literatura. La narración transcurre mientras el sabueso investiga la muerte de un futbolista de élite –“el Santi Tarragona”, una especie de Falcao o de James Rodríguez- que, por supuesto, está casado con una modelo, y que al regresar a Medellín de vacaciones es emboscado y sufre un atentado que destruye de manera definitiva su rodilla y, con ella, su prometedora carrera deportiva.
Esta, en apariencia, es la excusa para contar una historia policíaca convencional pero ingeniosa, en la cual un detective privado, criollo y tercermundista, investiga un crimen que la policía no logra resolver y el que desde el principio intuimos que va mucho más allá de lo aparente, como debe ocurrir en toda buena novela negra.
Lo interesante es que la historia se sale del molde. Respetando los códigos y normas del género, está contada con un particular sentido del humor. La acción está dosificada; cada vuelta de página es una nueva sorpresa con giro de tuerca y los personajes están muy bien caracterizados. El detective es toda una figura y ni qué decir de su grupo de ayudantes.
Lo que aquí nos ocupa es que, además de ser una buena novela policíaca, toca el tema del fútbol. Fútbol y literatura. Una aproximación a una de las tantas zonas oscuras del deporte: la relación de los equipos con sus jugadores, las contradicciones entre ganadores y perdedores, las maquinaciones, conspiraciones y triquiñuelas…en fin, de la condición humana, ni más ni menos.
Muy recomendada esta novela corta del autor antioqueño Emilio Alberto Restrepo. Muy afortunada la veta que encontró en su detective Tornado, protagonista hasta ahora de cinco libros, algo inaudito en el mundo editorial colombiano. Muy loable el acompañamiento de la editorial de la UPB, que le ha apostado a una colección llamativa de novela negra, digna de ser presentada en cualquier escenario.
En resumen, El abrazo de la viuda negra, es una novela que merece su posición, tanto en la colección de literatura policíaca como en la selección de fútbol y literatura. Merece ser leída y difundida. Pinta muy bien la ciudad con sus pecados y nos habla del carácter humano, algo que el autor en su calidad de médico cirujano parece conocer muy bien.
Anótense el tanto, autor, personaje y editorial. Es un gol literario de antología.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Reseña de la colección POLICÍAS Y BANDIDOS de Editorial UPB


POLICIAS Y BANDIDOS por Emilio Restrepo

Publicado en la Revista española SoloNovelaNegra: noviembre 2019:
https://www.solonovelanegra.es/policias-y-bandidos-por-emilio-restrepo/





POLICIAS Y BANDIDOS de Editorial UPB
Una serie de género negro que lucha por ganarse su espacio
La Ciudad como protagonista
El género negro es fundamentalmente urbano, ya que la mayoría de su acontecer transcurre en ambientes de ciudad y se preocupa de manera particular en explorar su entorno. En la propuesta más contemporánea, aunque expresada desde la primera mitad del siglo XX en los representantes más estigmáticos, se hace énfasis en lo citadino y en lo que puede perturbar el de por sí ya enrarecido ambiente de la urbe: la corrupción, el odio, el racismo, la homofobia, la insolidaridad, toda clase de abusos y discriminaciones, el tráfico de drogas, la explotación sexual o laboral y un etcétera interminable y sazonado de toda clase de matices.
Desde los mismos inicios de la literatura policial, ha existido una estrecha relación con la ciudad, creciendo y desarrollándose ambas en paralelo, dando cuenta la primera de los vicios y pecados de la segunda, directamente proporcionales al desaforado aumento de su población y extensión. Aunque en sus orígenes y épocas de más esplendor solía ubicarse en recintos rurales (Agatha Christie, Conan Doyle, Georges Simenon, G. K. Chesterton), la irrupción del hard-boiled (años 20 y 30 del siglo XX) la situó en un entorno eminentemente urbano, hasta el punto de establecer una relación simbiótica entre la una y la otra, con personajes (detectives) que se movilizaban exclusivamente en ambientes duros y tensos de sus respectivas ciudades. Esta vinculación narrativa hace un especial énfasis en lo social, en los aspectos que enturbian el comportamiento de los ciudadanos, lo cual puede incluso superar a los personajes y a la trama de la novela, lo que nos permite establecer el triángulo estructural que define a la novela negra: historia, personajes y entorno. No se puede concebir una obra definitiva si alguno de los componentes no está presente. Los autores más reconocidos lo tienen muy claro, y eso les ha permitido alcanzar un sólido prestigio y un gran reconocimiento en todo el mundo, no solo en la literatura de entretenimiento popular (los “pulps”) sino en las letras en general, hasta el punto que autores como Ricardo Piglia, sin pretender exagerar, pone a R. Chandler a la altura de Hemingway, Joyce, Brecht o Borges. Y no se sonroja por ello. *1
En este sentido la novela de crimen (policial, negra, de intriga, de enigma) nos pinta la ciudad, nos permite conocer sus rincones más oscuros, su aspecto más pecaminoso y sus costumbres más ocultas y abyectas. Esto es particularmente válido para autores de obra con detective y ciudad, como Dashiell Hammett, Raymon Chandler y Ross Macdonald.
América latina llegó más tarde a la novela negra, aunque hay que reconocer que con menos presencia, sobre todo en la concepción del protagonista de saga, el detective, que en la literatura anglosajona tiene una marcada presencia, en cine y literatura, personajes que muchas veces se hicieron más populares que sus mismos autores. No sobra referenciar a Sherlock Holmes, Poirot, Miss Marple, Sam Spade, Marlowe, el Padre Brown y tantos otros que hacen ya parte de la cultura popular universal, trascendiendo fronteras, idiomas y culturas.
En el ámbito latino podemos referenciar a varios narradores preponderantemente urbanos: Sergio Ramírez(Nicaragua) y su personaje el inspector Dolores Morales, Paco Ignacio Taibo II (México) y su detective Héctor Belascoáran Shayne,  Leonardo Padura(Cuba) y su detective ex policía Mario Conde,  Fernando López(Argentina) y su juez Alejandro Barón Roca,  Ramón Díaz Eterovic (Chile) y su investigador Heredia, Elmer Mendoza(México) y su detective Edgar El Zurdo Mendieta o Roberto Ampuero y su detective privado Cayetano Brulé, quienes ubican en sus respectivas capitales a sus personajes, aprovechando para hacer una disección social de ellas; en cuanto al espacio, insistimos, la naturaleza de la novela negra implica sitios urbanos qué retratar: la calle, los antros, las oficinas, los burdeles, los estadios, las cafeterías, los edificios, los bares. Es en dicho medio en donde se encuentran con mayor vigor la gran mayoría de las contradicciones sociales del mundo actual, no solo como  decorado o marco de la acción, puesto que en este entorno hay una enorme variedad de personajes, sitios y ambientes, y se da además la mayor tasa de criminalidad con delitos constantes y de todos los pelambres, sino como determinante social, porque como forma narrativa contemporánea el relato negro no se puede sustraer a la presencia del componente urbano que es, en las sociedades modernas, la pieza básica de la organización vital y social. Y no importa que en este caso sean ciudades de países en desarrollo. Por el contrario, les agrega el “color local”, la ciudad latinoamericana con todas sus contradicciones y características de identidad social, política y antropológica.
El detective.
Así como Philip Marlowe está indisolublemente ligado a Los Ángeles, Sherlock Holmes tiene su Londres y Pepe Carvalho y Ricardo Méndez tienen su Barcelona, los autores latinoamericanos citados conjugan de primera mano lo mejor y lo peor de sus respectivas capitales, y esto lo hacen notar Taibo, Padura y el resto de autores citados en sus novelas, describiendo pormenorizadamente el interactuar de sus personajes en estas ciudades llenas de contrastes y desigualdades. Hago notar que los escritores referenciados, si bien comparten con los autores clásicos anglosajones los elementos básicos de los detectives de ficción, se caracterizan porque introducen algunos nuevos en los que sobresalen el desarrollo de personajes complicados, con tensiones existenciales que desbordan las tradicionales y el papel de la ciudad como escenario central de la trama que establece una nueva relación entre el personaje-detective y el espacio urbano hispanoamericano, en ciudades complejas, conflictivas y de una voracidad que marca el devenir de sus habitantes. Estos autores retoman al detective y el delito como elementos centrales del género y crean una serie en torno a un investigador, con una personalidad, unos gustos y una manera de actuar muy caracterizada y definida, que le ha dado a sus personajes (y por ende a los autores), un amplio reconocimiento que va más allá de los lectores especializados del estilo y han trascendido al ámbito de la literatura local para considerarse globales y mediáticos, multi-premiados (Por ejemplo, Padura es Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015) y cuentan con un gran valoración académica y un indiscutible respeto en lo puramente literario.
En este momento, se trata de una obra ya estructurada, madura y de amplio reconocimiento internacional, en lo mediático y lo académico. Taibo II, específicamente con su personaje Belascoarán, sus métodos, su entorno social y afectivo, su relación estrecha y contradictoria con la violencia y la solidaridad de la ciudad de México, ya figura en una saga de 9 novelas. Así mismo, el detective Mario Conde de Padura desde su óptica de empleado policial que recorre La Habana enfrentado a sus fantasmas, sus carencias, su pasado, sus amores y su afición por la música y la literatura, en un ambiente de crimen que se tiñe de corrupción a muchos niveles, en una colección de 9 novelas. Heredia Figura en 12 libros, el juez Barón en 5, el Zurdo Mendieta en 5, Cayetano Brulé en 7 títulos; casi todos estos personajes han tenido gran aceptación comercial y de crítica y muchos han sido llevados al cine.
POLICÍAS Y BANDIDOS EN SERIE EDITORIAL
A partir del año 2015, la Editorial de la Universidad Pontificia Bolivariana (U.P.B.), de Medellín, Colombia, en su sello POLICÍAS Y BANDIDOS se fijó la meta de patrocinar una colección de novela policial con autores locales, haciendo énfasis en la continuidad, pero sobre todo apostando a una calidad literaria destacada, con una temática que privilegiara lo urbano, dejando memoria histórica  de la ciudad, en este caso casi siempre Medellín, aunque se tuviera que hablar de lo oscuro, de lo recóndito, de lo pecaminoso, como es usual en este género.
El Fondo Editorial de dicha Universidad presenta una colección dedicada a inspectores, fiscales, detectives, policías y bandidos. Y en el fondo, siempre La Ciudad. Con esta serie, se le quiere dar impulso a la novela negra en Colombia, en una gran apuesta. Se trata de publicar novelas de personaje definido, en sagas que cuenten a través de sus entregas anuales nuevas aventuras de estos investigadores que poco a poco se han ido posesionando en el competido mercado editorial. Y en justicia, es una novedad: es la única serie en Colombia dedicada a la literatura policiaca y al género negro, con personajes de colección. Toda una revelación editorial, digna de ser apoyada.
En la presentación de esta colección, expresé las siguientes palabras: “la producción de novela negra en Colombia es más una excepción que una regla y obedece casi siempre a las iniciativas aisladas y muchas veces personales, que no configuran un movimiento literario como tal, a pesar de que en todo el mundo se esté experimentando un nuevo auge, con escritores de oficio y lectores fieles que responden con creces a las expectativas del mercado “.
Insistí, igualmente, que “la novela negra explora el mundo profesional del crimen, haciendo una disección de su entorno, preponderantemente urbano, profundizando en las características más oscuras y abyectas de la Ciudad y de la sociedad. En ella, el objetivo no es solo resolver el crimen, responder a las preguntas de quién y cómo, sino saber el dónde y el porqué, yendo más allá de lo aparente, dándole la importancia debida a los hechos y las cosas que rodean el misterio, recordando que detrás de él, siempre hay unos seres humanos derrotados y en decadencia y otros que se obstinan en aproximarse a la verdad, no importa lo dolorosa que sea lo que se paga por ello”. “Nuestro país es una cantera inagotable de ideas, de historias, de referentes y ejemplos. Y es una nación de contrastes, de riqueza y de pobreza, de bondad y de maldad, de pujanza e indolencia, de solidaridad y abandono. Las historias fluyen por todas las esquinas, surgen por generación espontánea en los barrios, en el centro, en los bares, en la universidad, en los antros.” *2
En mi concepto, esta colección del Fondo Editorial de la Universidad Pontificia Bolivariana, “marca un hito”,  porque apoya la producción local con sagas de personaje, con escritores antioqueños que sin complejos de inferioridad escriben para un mundo globalizado, pintando desde adentro un entorno de ciudad que padecen y conocen, con detectives originales que historia tras historia narran los entresijos de esa urbe despiadada que ruge bajo los pies de una metrópoli caótica e indiferente, con un humor irreverente y una ironía que les da una mirada muy particular.
La Editorial define la serie Policías & Bandidos como un esfuerzo coherente y riguroso en el que ya hay publicados dos libros de cada uno de los personajes, con la idea de que se extienda, “dándoles continuidad a través de las historias contenidas en novelas cortas que privilegian el entretenimiento y la complicidad con el lector “.
En el primer momento de la colección se reseñó: el ex inspector Rambert, de Memo Ánjel , el fiscal Oscar Rosado, de John Saldarriaga , “que hurga en los rincones oscuros de Medellín para resolver sus diversos casos” y Joaquín Tornado, de Emilio Alberto Restrepo , “contratado para investigar el crimen de un futbolista de élite que juega en Europa y que regresan a una víctima de un atentado, para intentar la liberación de un secuestrado, para seguirle la pista al robo de arte y una serie compleja de enredos”. Además, una novedad: una autora mujer, con un personaje femenino: la escritora Verónica Villa con Marina, una guardia de seguridad que resuelve crímenes. Hasta ahora van publicados 12 libros de estos personajes. El último en incorporarse fue Luis Fernando Macías con su personaje Aurelio. Y se plantean 4 nuevos números para el 2020, incluido el presente volumen.
Es un objetivo claro de la editorial que al terminar de leer su cada una de los números lanzados hasta la fecha, el lector quede con la sensación de que el autor cumple lo que promete, la exposición de un detective profundamente humano, con sus defectos y virtudes y su relación conflictiva y contradictoria con la ciudad, reivindicando la naturaleza de su literatura, descriptiva, cuestionadora y testimonial, mientras establece una aproximación con elementos críticos y socio-antropológicos que no dejan de lado el entretenimiento y la función de recreación de la memoria colectiva que tiene la novela, mientras asume su compromiso de ser literatura de primer orden. Y con su dosis de buen humor y en un lenguaje que trata de apartarse del abuso de los localismos para su disfrute global.
La colección busca, usando la figura del detective como una disculpa, afrontar su verdadera intención: desenmascarar los pecados de unas ciudades que aman y padecen, que vibran y sufren en proporciones equilibradas. Proponer las ciudades latinoamericanas como escenarios alternativos de un género que, hasta ahora, con las notables excepciones citadas, ha sido contado en idiomas distintos al español (en inglés, en sueco o en francés, entre otros).  Para los que conocen y han disfrutado del género, les permite ratificar lo que al principio sospechaban: los límites se han perdido, las barreras entre los géneros son cada vez más imperceptibles y lo que antes se consideraba una “especie menor”, hoy se codea con la gran literatura, la que pretende ahondar sobre el estudio del alma humana, o en el juego de palabras, “el ánima urbana”.
Como dicen sus editores y autores en las presentaciones, están muy comprometidos con la colección, la asumen con coherencia y sin complejos tercermundistas, tienen metas a largo plazo porque asumen que se trata de “novela negra de calidad, de Medellín para el mundo”.
REFERENCIAS
*2. RESTREPO, Emilio A. Colombia: en busca de su propia novela negra. Revista virtual OTROLUNES Revista Hispanoamericana de Cultura, #31 Febrero 2014 – Año 8 http://otrolunes.com/31/este-lunes/colombia-en-busca-de-su-propia-novela-negra/
OTRAS LECTURAS RECOMENDADAS:
María Pizarro Prada De policías, detectives y crímenes: la actualidad de la novela policiaca. Brown University / Iberoamericana Editorial Vervuert https://journals.iai.spk-berlin.de/index.php/iberoamericana/article/viewFile/1181/842
Gustavo Forero Quintero LA NOVELA DE CRÍMENES EN AMÉRICA LATINA: HACIA UNA NUEVA CARACTERIZACIÓN DEL GÉNERO. https://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/lyl/article/view/6295
* Emilio Alberto Restrepo Médico y escritor colombiano, ha incursionado en varios géneros. En novela negra ha publicado las novelas LOS CÍRCULOS PERPETUOS, LA MILONGA DEL BANDIDO, DESPUES DE ISABEL, EL INFIERNO, ¿ALGUIEN HA VISTO EL ENTIERRO DE UN CHINO?, y la antología y el ensayo de ENTRE EL MIEDO Y EL MAL (El género negro en la poesía colombiana). En lo que respecta a “detective y ciudad”, tiene cinco libros de su personaje JOAQUÍN TORNADO, investigador privado ubicado en la ciudad de Medellín, publicados por las editoriales universitarias ITM y UPB.

©Artículo: Emilio Alberto Restrepo, 2019.      emiliorestrepo@gmail.com   www.emiliorestrepo.blogspot.com

miércoles, 30 de octubre de 2019

EL PRIMO Y EL TIMO -reseña-

EL PRIMO Y EL TIMO, EMILIO ALBERTO RESTREPO

(Informe de lectura publicado en Revista Esteros, de Uruguay https://esteros.org/2019/10/30/el-primo-y-el-timo-emilio-alberto-restrepo/ octubre de 2019 )






Por Wilfer Pulgarín
Cuando mi padre quebró y desapareció de casa, a los pocos días nos visitó un detective, supongo que del extinto y siniestro F2. En mi memoria quedó registrado como un tipo malévolo, alto, con un revólver plateado en la cintura y peinado con gomina hacia atrás. Desde ese entonces odio y temo a los sujetos que se parecen a Carlos Gardel. De eso hace 45 o 50 años, quizás. Tal vez lo del arma de cacha blanca sea una invención del hipocampo de mi cerebro, pero el recuerdo igual me produce escalofríos.
La quiebra es un tema recurrente en las conversaciones de madre, que culpa a las sinvergüenzas de los desaparecidos lupanares de Guayaquil, el barrio de tolerancia, y a dos parientes de la bancarrota de su esposo, de que hubiéramos tenido que vender la casa construida con tanto esfuerzo, de emigrar a Venezuela y volver a Colombia y de no tener tanta plata como la tía X y no vivir tan holgadamente como el tío Z. Y sé que aquel viejo demonio era un detective porque ella nos lo dijo a mí y a mis hermanos después de que lo vimos, acompañado de un ex socio de mi papá, husmear como un orco entre las ventanas enrejadas del lugar donde alguna vez fui feliz.
De esa historia me acordé por Joaquín Tornado, un investigador privado que es todo lo contrario de aquel enemigo de mi niñez. Tornado compra su ropa en el mercado popular de “El Hueco”, viaja en el Metro de Medellín y toma trago barato en una de las tiendas de cualquier esquina. Lo vemos a diario, pero no lo distinguimos, porque es paisaje, como usted y como yo. Es un ser ordinario que puede llevar una automática cerca de la axila, pero que parece ser tan inofensivo como un vendedor de aguacates que empuja su carretilla por una loma a pleno sol, aunque no garantizo que lo sea.
Tornado es un personaje de ficción, digámoslo de una vez, creado por el escritor antioqueño Emilio Alberto Restrepo, un médico eminente de Medellín, que desde comienzos de este siglo decidió reducir consultas y cirugías para extraer de las entrañas de la literatura a un investigador privado que no tiene la pose romántica de Humprey Bogart en la encarnación de Philip Marlowe y Sam Spade, los máximos protagonistas de la novela negra americana, creados por Raymond Chandler y Dashiell Hammet, respectivamente, pero que, como estos, se alimenta de las miserias ajenas y olfatea en las alcantarillas para que alguien que confía en él logre reconciliarse con su concepto de verdad o de justicia; aunque como dice su autor, no considera que esto sea un pecado, pues “todos los escritores contemporáneos de policial han bebido de la influencia de estos autores clásicos” “
Este don nadie, que se perfila como el principal detective de ficción de Medellín, comenzó a patear las calles de la ciudad en 2013 en “Un asunto miccional y otros casos de Joaquín Tornado, detective”, una recopilación de cuentos iniciáticos de Restrepo. Cinco novelas después, lo volvemos a encontrar en “El primo y el timo”, un relato de largo aliento y múltiples circuitos, publicado bajo el auspicio de la editorial de la Universidad Pontificia Bolivariana, que ha tenido la lucidez de ofrecer a los aficionados de novela negra la valiosa colección de Policías y Bandidos, donde destaca el trabajo de Restrepo y de otros escritores como Memo Anjel, Verónica Villa, John Saldarriaga y Luis Fernando Macías.
Con su certeza de ser invisible, Tornado recompuso la estampa del primer detective paisa que conocí y que me pareció más emparentada con la de un asesino a sueldo que con la de investigador privado del lado del bien y de la justicia.
Eso en el terreno de lo personal, en el literario hay que destacar la saga de Tornado como un esfuerzo serio de escribir novela negra en Colombia de manera profesional y sistemática, con un autor que, a pesar de las tentaciones comerciales, no se deja arrastrar a la caldera de la violencia metalúrgica donde se mezclan resentimientos políticos ancestrales, narcotráfico, práctica sicarial e indigencia social.
“Llevo quince años gastando las calles de la ciudad con mis zapatos. Me la conozco de memoria, el norte, el sur, los barrios, las lomas, el día, la noche. He robado luz a sus neones y decibeles a sus ruidos que, en ciertas horas, son como un rugido, y, en otras, me recuerdan una selva sigilosa, lista para el zarpazo. Me he percatado de todos sus humos, de sus olores y mi piel se ha insolado por el rigor sin tregua de la canícula del medio día y ha tiritado con la escarcha de sus fríos en la madrugada. No termino de impresionarme al darme cuenta de que siempre descubro algo nuevo, que hay algo que me sorprende, algún tipo de maldad que desconocía, alguna nueva forma de desplumar al prójimo o de timar al Estado o de brincarse las leyes y hacer de la norma algo prescindible y desechable”.
Ese párrafo autobiográfico, extraído de la introducción de la también recomendada novela “El abrazo de la viuda negra”, es fundamental para saber y entender quién es Tornado que, en “El primo y el timo”, cobra relieve dentro de una literatura bien lograda en estructura narrativa, caracterización de personajes y depuración del estilo. Restrepo logra aquí una historia redonda, simétrica, minuciosamente cuidada en los detalles (como debe corresponder a un escritor de profesión ginecólogo y laparoscopista), sin costuras, capaz de involucrar y sorprender al lector que pregunta “¿Qué diablos está pasando aquí?”. O por lo menos en lo personal lo hizo, a mí me sorprendió, pues en el juego de ingenio que plantean los escritores, debo reconocer que cada nuevo giro (y hay varios) me tomó por sorpresa porque nunca lo vi venir, guardando la transparencia de no recurrir al juego sucio que delata falta de imaginación. Porque de eso sí le sobra, así como conocimiento de la ciudad y de la estructura interna y funcionamiento de las bandas criminales, tanto como de la condición humana en sus variantes más repelentes, la envidia, la ambición desaforada, la traición y la deslealtad.
El “primo que come primo” es el leitmotiv para desnudar la falta de escrúpulos de un pícaro que hace un túnel en el corazón de un pariente para llegarle directamente al bolsillo y dejarlo sin patrimonio. Esta estructura revienta y los efectos secundarios son devastadores y uno termina la novela con un sabor agridulce, entre abatido y regocijado, pero contento de ver las tramas y las subtramas bien cerradas, conducido por un lenguaje divertido y cínico, sello de los clásicos de la novela negra, del que Restrepo es un aventajado expositor. Pienso que es una grata experiencia de lectura, no solo para los amantes del género negro. Lo pude constatar en una lectura familiar, en donde se valoraron sus varias facetas: literatura urbana, novela de personajes, género de acción y hasta la picaresca, tema que ha tocado el escritor en algunos otros de sus libros.
Acerca de la colección POLICÍAS Y BANDIDOS, de la Editorial de la Universidad Pontificia Bolivariana, hago notar que maneja el concepto de novela de personaje, de saga, en donde cada autor da continuidad a una serie continua de casos con los mismos protagonistas que se suceden libro tras libro, año tras año. Un loable esfuerzo que merece ser destacado en un medio editorial un tanto timorato y conservador y obsesionado por las ganancias y los rendimientos. Aquí se nota que la recompensa es la satisfacción del lector y la reivindicación de la literatura de entretenimiento de buena calidad.

Emilio Alberto Restrepo. Médico Ginecoobstetra, con especialización en Laparoscopia Ginecológica avanzada. Escritor de varios libros y artículos científicos. Conferencista. Columnista de varios medios. Ha publicado: Textos para pervertir a la juventud poesía (Dos ediciones), Los circulos perpetuos novela (Cuatro ediciones), El pabellón de la mandrágora novela (ganadora de la III convocatoria de becas municipio de Medellín 2005. dos ediciones), la milonga del bandido, novela. Ha participado en varias antologías de cuento y crónica (entre ellas Antología comentada del cuento antioqueño, 2da ed. u de a., seleccionada por Mario Escobar velásquez. la novela “Qué me queda de ti sino el olvido”, fue ganadora del Concurso de novela Talentos ciudad de Envigado, 2008. en 2010 la Universidad CES publicó la novela Crónica de un proceso. en 2012, Ediciones B publicó un libro con 2 novelas cortas de género negro: Después de Isabel, El infierno y ¿Alguien ha visto el entierro de un chino? en 2013 el ITM lanzó la colección de cuentos sobre su detective privado, Un asunto miccional y otros casos de Joaquin Tornado, detective.

Wilfer Pulgarín. Periodista y escritor.

ESCRITO POR 

Revista cultural y literaria de la Fundación Cultural Esteros.


jueves, 12 de septiembre de 2019

Reseña de la colección POLICÍAS Y BANDIDOS en El Reverbero de Juan Paz



Policías y Bandidos, de UPB, en Fiesta del Libro 2019 @upbcolombia


La colección de POLICÍAS Y BANDIDOS de la Editorial de la Universidad Pontificia Bolivariana nuevamente gana protagonismo en la Fiesta del Libro, pues presentan 2 nuevos números, 2 nuevas novelas cortas, para ajustar un total de 12, en una serie que superó todas las expectativas de aceptación, crítica y ventas, al tiempo que se ha ganado su espacio y su reconocimiento como la única en su género en Colombia y una de las pocas en América Latina.

Este viernes 13 de septiembre en el Jardín Botánico se darán cita sus autores Memo Anjel, Emilio Alberto Restrepo, Fernando Macías, John Saldarriaga y Verónica Villa para hablar de crimen y literatura, del detective en la ficción latinoamericana y del presente y futuro de la novela negra.

Y lo harán por partida doble: a las 11:30 en el salón Humbold, en el marco del Congreso Medellín Negro, que ya anda por su 10a versión con reconocimiento a nivel mundial y a las 5 pm en el planetario. Los nuevos títulos son MORIR JUNTOS, del debutante Fernando Macías un reconocido escritor de la ciudad y EL PRIMO Y EL TIMO, del inquieto médico y escritor Emilio Restrepo, quien ajusta su 5to título del detective JOAQUIN TORNADO, el 4to con la UPB, un número digno de encomiar.

Es de resaltar que sus autores han presentado esta colección en la FILBO y en la Universidad de Cincinatti, por lo que podemos destacar que el reconocimiento ya es internacional.

Es una importante noticia para la cultura en Antioquia; son libros de gran factura, bien escritos y muy entretenidos, contienen un importante compromiso con la denuncia social y llama la atención el conocimiento que sus autores tienen de la Ciudad, la otra, la oculta, la que no sale en las revistas de turismo ni en los anuncios oficiales ni en los discursos de los políticos.

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Felicitaciones a los autores y destacamos la importante labor de difusión de la UPB, en su apoyo a los escritores antioqueños.

Como dice su eslogan (y lo hemos comprobado): NOVELA NEGRA DE CALIDAD, DE MEDELLÍN PARA EL MUNDO.

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